jueves, 13 de noviembre de 2008


Te recuerdo nítida, perfecta. Tu olor sigue impregnado en mis sábanas, tu voz en mi almohada. Tus ojos me miran desde cada rincón de mi habitación, tus labios susurran bajo mi cama. Tus besos están tatuados en mi piel. Cada milímetro de tu cuerpo está grabado en mi retina y tu pelo se escurre entre mis dudas. Te siento a mi lado, seria, con la mirada fija en ninguna parte. Oigo tu respiración, la adivino sobre mi cuello, lenta y pausada, suave, delicada. Como decía, te recuerdo nítida, perfecta. Recuerdo tu marcha, recuerdo el dolor. Aún saboreo tus lágrimas aquella última noche, tu sonrisa triste, tu despedida. El último beso, suave y amargo, el abrazo eterno. Tus manos frías en la estación. El viento desordenando tu pelo y tus ojos azules desesperados. El silencio, denso y pesado. No había palabras para definir lo que dejábamos atrás. Te recuerdo nítida, perfecta, como tú solías ser.

1 comentario:

meri dijo...

guapa!
escrius tan bé...!